Artículo 121.- Todas las religiosas del Colegio-Hogar siéntanse vinculadas a este apostolado. A ser posible, pasen por los distintos cuidados que requiere su atención. Como nota característica, irradien naturalidad y sencillez. Recuerden siempre que los niños son obra predilecta del amor de Dios.
Artículo 122.- La documentación será la prescrita en el Reglamento y la exigida por la Administración Competente. Estos documentos no tendrán sólo la finalidad de control en el Hogar, sino el poder facilitar a los niños una documentación completa al abandonar el Centro.
Artículo 123.- Procuren dialogar con los niños individualmente y con frecuencia para conocerlos y orientárlos. Cuando tengan que corregírles nunca harán alusiones a sus problemas familiares para no herir la caridad. De las faltas privadas no les corregirán en público.
Artículo 124.- Los mayores del Hogar deben gozar de un margen de confianza que les permita gradualmente usar de su libertad en el ambiente en el que más tarde deberán incorporarse. Cuando alguno de ellos quede trabajando en Casa, se le asignará el sueldo y Seguros Sociales que le corresponda.
Artículo 125.- Es muy conveniente que los niños tengan contactos y convivencias con sus familiares para que no se desconecten de su ambiente.
No obstante, debe estudiarse la problemática moral y económica de los mismos, a fin de saber con qué frecuencia y duración podrán permanecer en su compañía. A los que no pueden disfrutar de estas salidas, traten de proporcionarles unos días agradables.
Artículo 126.- Si en los familiares de los niños existen conductas deplorables y se prevé un peligro inmediato, deben protegerlos con todos los medios posibles.
Artículo 127.- Se tendrá un fichero con las direcciones de los que han dejado el Hogar para no perder el contacto con ellos y poder ayudarles en cualquier circunstancia. Siéntanse responsables de continuar la formación por medio de reuniones, convivencias, excursiones, etc. Este punto debe tenerse en cuenta al programar el apostolado de la casa.
Artículo 128.- La preparación cultural y académica de nuestros niños ha de ser lo más completa posible. Todos realizarán los estudios básicos y, los que estén capacitados, podrán acceder a estudios superiores.
Artículo 129.- Los niños-as pueden permanecer en el Hogar hasta la mayoría de edad, a no ser que circunstancias justificadas aconsejen lo contrario. Siempre que sea posible, mantengan relaciones de amistad y ayuda con los que han dejado el Hogar.
Artículo 130.- Cuando enfermen, nuestro cuidado hacia ellos debe ser muy maternal. Que nada les falte de cuanto exige la enfermedad. Si tienen que estar en el hospital o en su casa, no se desentiendan nunca de ellos. En caso de fallecimiento, la familia se hará cargo de los gastos del entierro; si no puede, supliremos nostras.
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